martes, 23 de junio de 2009

Las creencias en el docente...

Dentro de la práctica docente hay un punto muy delicado de tocar pues así como puede ser de suma importancia para la persona, puede ser absolutamente efímera en otros. Estas son las creencias. Suelen presentarse antes de establecer un conocimiento dentro de nuestro marco referencial, pero no siempre pues existe también la gente sin creencias (y ese creer en nada no obedece a un orden anárquico sino a falta de carácter) Nos sirven para formarnos prejuicios, para cimentar un aprendizaje significativo, como guía y muchas maneras más, todas válidas y respetables.

En lo personal, en mi labor, han influido de manera que ha sido la base de mi avance (o retroceso) en algunas ocasiones. Durante algunos semestres debí impartir clases de pensamiento crítico y comunicación y en mas de una ocasión se debieron temas complejos, que de no haber tenido creencias firmes, era fácil me hubiese perdido. Como ejemplo fueron temas como las elecciones del 2006 (a semanas antes de) donde hubo un todos contra todos pues de una u otra manera (vía TV o Internet) los alumnos estaban mas influidos de uno u otra manera. Otro tema más fue la influencia de la música en la conformación de la personalidad pues todos tienen sus propios gustos. Polémica, mentadas e ideas experimentales y deseosas de ser más rondaban y era fácil que uno se perdiera en ella o tomase partido en una u otra parte. Igualmente impartí 4 años un tema por demás ambiguo, el arte y en algunas ocasiones había actitudes ofensivas entre ellos o contra mi pero va de nuevo…creencias transformadas en convicciones con un toque de ideales.

El hasta que punto las creencias se pueden convertir en una fe retrograda que favorezca el pensamiento coercitivo y castrante, es algo de lo que se tiene que tener mucho cuidado pues cada creencia que tenemos debe ser explorada por la critica externa e interna.

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